En las Causses y Gorges de l'Aveyron, los pueblos están rodeados de una campiña regada por numerosos productores y artesanos. Bajo las sombrillas, los animados puestos de los productores locales le harán cosquillas en el paladar y le inspirarán una cocina de productos locales.
Ya sean orgánicos, nocturnos o semanales, hay que pasear entre los puestos para empaparse del ambiente local y disfrutar de los olores y sabores que recorren las calles.
En el programa de sus descubrimientos figuran, entre otros, confit de pato, morcilla, foie gras entero y cuello de pato relleno, fritons de cerdo y pato, trufas cultivadas (en invierno) en las mesetas de Causse, miel de castaño y de acacia, membrillo para sus mermeladas o jaleas, lavanda cultivada en las mesetas de Causse, aceite de nuez, croustade y mazapán, y la ciruela de cerdo que los mercaderes alemanes venían a comprar a St Antonin en el siglo XVI.
Todos los domingos por la mañana, de 7:00 a 13:00, las calles de la encantadora ciudad medieval de Saint Antonin se engalanan con coloridos puestos y se animan con las conversaciones entre visitantes y productores locales. Para empezar con buen pie, lo mejor es aparcar en las afueras de la ciudad y perderse en el corazón de las callejuelas, guiado por los alegres sonidos del mercado.
Encontrará aparcamientos en la Avenue de la Gare, el Boulevard des Thermes o la Avenue du Dr A Constans.
A continuación, deberá sumergirse en el corazón de la ciudad, observar las fachadas ornamentadas de la Maison des Amours y de la antigua casa románica, cruzar el puente sobre el río Aveyron antes de llenar su cesta de buenos productos locales para disfrutarlos en casa. Por último, para completar su aventura en el tiempo y captar el verdadero sabor del lugar, siéntese a saborear un café en la plaza de la Halle, charle, escuche... está aquí fuera del tiempo.
En la avenida Paul Benet, los productores ecológicos se suceden para ofrecerle lo mejor de su producción. Antes de llenar su cesta, aventúrese en el corazón del pueblo para observar la arquitectura medieval, pasear por las orillas del Aveyron y contemplar el singular relieve de las gargantas del Aveyron.
Todos los sábados por la mañana, los animados mercados de este pequeño pueblo a orillas del Aveyron se celebran en torno al mercado cubierto de Varen, del siglo XIX. Es una excelente ocasión para descubrir el antiguo decanato del pueblo, cuya arquitectura es característica del Rouergue medieval, así como los vestigios de los monumentos conventuales. A pocos pasos, las orillas del Aveyron le ofrecen un momento de tranquilidad único. Los gourmets encontrarán en el Moulin de Varen algo para complacer su paladar y su vista... aproveche el espejo de agua del río donde se refleja el relieve aventurero de las gargantas del Aveyron.
Los martes por la mañana, en la plaza del ayuntamiento y cerca del mercado cubierto, y los sábados por la mañana, en la plaza del lavadero, la ciudad medieval de Caylus cobra vida durante los mercados agrícolas, donde los coloridos puestos, los debates y los olores animan el centro. Un placer para la vista y el paladar, aquí encontrará un escaparate de productos locales y frescos. Hay que subir a las alturas del pueblo para descubrir los restos de las fortificaciones y una torre cuadrada de origen medieval. Desde este punto de vista, se divisa el (no tan) lejano lago Labarthe, clasificado como espacio natural sensible, que invita al descanso y la calma. Superando la acera, puede volver a bajar provechosamente a la calle de la derecha para observar los amenazadores lobos de la casa del mismo nombre, antes de dirigirse a la iglesia de Saint Jean-Baptiste, donde encontrará expuesto el singular Cristo del escultor Zadkine.
Los miércoles y domingos, de 8.00 a 13.00 h, Laguépie celebra sus mercados bajo el pabellón cubierto de la Place du foirail. Hay que hacer slalom entre los puestos, oler y degustar los frescos y sabrosos productos locales... Por último, hay que aventurarse hasta la confluencia del Viaur y el Aveyron, para sentarse en la hierba y disfrutar de un momento de tranquila serenidad, bajo la atenta mirada del Viel Castel de Saint-Martin Laguépie, donde antaño vivían los barones de La Guépie. En aquellos tiempos remotos, los municipios estaban unidos, aunque separados por el río.
Todos los viernes por la mañana, los gourmets encontrarán sabrosos productos locales in situ. Verduras, productos lácteos, carne, etc. Suficiente para abastecerse de productos frescos.
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